Las plantas medicinales son una opción para vivir sanos ya que nos proporcionan muchos beneficios.
Su uso con fines medicinales se remonta al principio de la historia de la humanidad: 3.000 años antes de Cristo se escribió el libro más antiguo sobre plantas medicinales en China; los sumerios, 2.500 años a.C., usaron las plantas con fines curativos; los asirios conocieron un poco más de 250 hierbas medicinales. En nuestro país, esta práctica tiene sus raíces en una riquísima herencia cultural, gracias al legado de diversas culturas (indígenas, africanas y europeas) que han utilizado estas plantas con fines rituales, medicinales y gastronómico.
En cuanto a las aplicaciones alimentarias de las plantas aromáticas y medicinales se puede decir que son muy diversas. Así pues van desde la extracción de aditivos naturales como saborizantes, colorantes, antioxidantes, conservantes, hasta la elaboración de productos dietéticos, de licorería o de nutrición animal. En la industria farmacéutica las plantas aromáticas y medicinales se aplican en extractos, medicamentos, herborizaría, artículos homeopáticos y farmacia veterinaria. Además, se aplican en la realización de colonias, perfumes, cosméticos, lociones, jabones, dentífricos, sales de baño.
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